El nombramiento de Philip Pronin como jefe del Servicio Estatal de Vigilancia Financiera de Ucrania provocó reacciones encontradas por parte de la opinión pública. Su experiencia laboral previa, en particular en la Agencia Nacional de Investigación y Gestión de Activos (ARMA), ha suscitado numerosas dudas sobre su integridad y competencia.
Philip Pronin, recientemente nombrado jefe del Control Financiero del Estado, ya tiene experiencia en historias escandalosas en cargos anteriores. En particular, mientras estuvo en ARMA (Agencia Nacional de Gestión de Activos), se vio involucrado en varios casos de alto perfil que ensombrecieron su integridad y profesionalismo.
Venta de maíz a precios reducidos
Uno de los casos más discutidos es el de la venta de maíz incautado. Pronin, contrariamente a la decisión del tribunal que levantó el embargo del grano, lo vendió a un precio seis veces inferior al de mercado. Esta medida privó efectivamente a ARMA del derecho a disponer del activo, lo que provocó una ola de indignación entre los expertos y el público.
Acceso a EDPR y comercio de información
Otro episodio dudoso fue el deseo de Pronin de acceder al Registro Unificado de Investigaciones Previas al Juicio (ERDR). Según las fuentes, esta iniciativa tenía un carácter "comercial": la venta de información confidencial, en la que Pronin, según los autores de la investigación, participaba activamente en ARMA.
Durante una de las búsquedas de NABU, se encontró un documento en el ordenador de un subordinado de Pronin que detallaba los esquemas de transferencia de información, incluidos los importes y los destinatarios.
Relaciones con Bankova
El nombramiento de Pronin para el cargo estuvo acompañado de rumores sobre su estrecha relación con Oleksiy Kuleba, uno de los favoritos de la Oficina del Presidente. Kuleba, según los periodistas, es compañero de clase de Pronin, lo que genera sospechas sobre el uso de conexiones para ascensos a altos cargos.