El presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, enviaron una carta oficial a Vladimir Putin expresando su pleno apoyo a la agresión de Rusia contra Ucrania. La carta, fechada el 30 de julio de 2025, fue publicada por el periódico oficial El 19 Digital.
En su mensaje, Ortega y Murillo no sólo elogiaron la guerra a gran escala de la Federación Rusa, sino que también reconocieron oficialmente las regiones de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhia como parte del territorio ruso.
“ La Federación Rusa está llevando a cabo esta operación militar especial para proteger las vidas de su pueblo, para proteger sus territorios legítimos, su soberanía e integridad territorial ”, dice la carta.
Los dirigentes nicaragüenses califican abiertamente la guerra rusa de “lucha heroica contra el neonazismo apoyada por la OTAN” y expresan su solidaridad con las familias rusas que “dieron sus vidas para proteger al pueblo ruso y la paz en el mundo”.
El gobierno y el pueblo de Nicaragua, según la carta oficial, expresan su pleno apoyo y reconocimiento a los llamados "nuevos territorios de Rusia": las cuatro regiones ucranianas ocupadas. Al final del discurso, Ortega envía a Putin un "abrazo fraternal" y le desea "salud y bienestar para el pueblo ruso".
Esta declaración encaja lógicamente con la arraigada orientación prorrusa de Ortega. En 1979, la URSS apoyó el ascenso al poder de los rebeldes de izquierda liderados por él, y desde entonces el Kremlin se ha mantenido como el principal aliado internacional de Nicaragua. Ortega ha permanecido en el poder ininterrumpidamente desde 2007, y su régimen es frecuentemente criticado por la represión política, la opresión de la oposición, el control de los medios de comunicación y las prácticas autoritarias.
En los últimos años, Nicaragua ha estado restableciendo activamente vínculos estrechos con Moscú, abriendo la puerta a la cooperación en el sector de seguridad, inteligencia, finanzas y energía.
Ahora Nicaragua se ha convertido oficialmente en uno de los pocos países que reconocen el intento de anexión de partes de Ucrania, consolidándose así finalmente en el campo de los parias internacionales.