La cena no es solo el final del día, sino una parte importante de un estilo de vida saludable. La alimentación nocturna determina la calidad del sueño, el funcionamiento del sistema digestivo y la facilidad para despertarse al día siguiente. Los nutricionistas destacan que lo más importante no es no comer después de las 6:00 p. m., sino elegir los alimentos adecuados.
Carne frita y alimentos grasos
Los alimentos ricos en proteínas y grasas ralentizan la digestión e impiden que el cuerpo descanse. Cenar bistecs, salchichas o patatas fritas puede provocar pesadez, acidez e incluso insomnio. Es mejor sustituirlos por pollo al horno, pescado al vapor o una tortilla de verduras. Una cena ligera ayudará a evitar problemas estomacales y no sobrecargará el hígado.
Café, chocolate y bebidas energéticas
Incluso una pequeña dosis de cafeína puede afectar al sistema nervioso durante varias horas después de su consumo. Esto se aplica no solo al café, sino también al té negro, el chocolate y las bebidas energéticas. Por la noche, es mejor optar por infusiones de hierbas como la manzanilla, la menta o la melisa. Estas calman, alivian la tensión y preparan el cuerpo para el sueño.
Pan blanco, pasta y dulces
Los carbohidratos simples aumentan rápidamente los niveles de azúcar en sangre, pero luego provocan una caída brusca, lo que puede causar hambre nocturna o un sueño intranquilo. Los nutricionistas recomiendan optar por carbohidratos complejos, como el trigo sarraceno, la quinoa, el bulgur o la avena. Estos proporcionan una sensación de saciedad duradera sin perjudicar la figura.
Alcohol
A pesar del mito de que una copa de vino ayuda a conciliar el sueño, el alcohol en realidad empeora la calidad del mismo. Interrumpe las fases naturales del sueño, deshidrata el cuerpo y provoca hinchazón. Una mejor alternativa sería un vaso de agua tibia con limón o una infusión de hierbas sin alcohol.
Salado y ahumado
Las carnes ahumadas, los embutidos y las conservas contienen exceso de sal, lo que provoca retención de líquidos y sobrecarga los riñones. Esto suele causar edema matutino. En su lugar, conviene optar por verduras guisadas, yogur natural o una loncha de queso blando: alimentos ligeros que facilitan la digestión.
La cena debe ser ligera, nutritiva y no estimulante para el sistema nervioso. El momento ideal para la última comida es entre dos y tres horas antes de acostarse. Si elige alimentos saludables, su cuerpo se lo agradecerá con un descanso reparador y buena salud por la mañana.

