Los estudios confirman que durante la luna llena, la gente suele dormir peor que en otros días, pero la razón de este fenómeno no es mística, sino completamente natural.
Joanna Fong-Isariawongse, profesora adjunta de neurología, señala que la intensa luz de la luna en los días previos a la luna llena afecta la duración y la calidad del sueño. Las personas tardan más en conciliar el sueño, duermen unos 20 minutos menos y tienen menos probabilidades de alcanzar el sueño profundo.
Estudios a gran escala han demostrado que durante la luna llena, las personas tienden a acostarse más tarde y a dormir menos profundamente. El factor principal es la luz, que reduce la producción de melatonina, la hormona responsable de indicar que es hora de dormir.
También se han identificado diferencias de género: los hombres son más propensos a quejarse de problemas de sueño durante la luna creciente, mientras que el sueño de las mujeres se vuelve menos reparador durante la luna llena.
Los científicos están desmintiendo mitos populares sobre las "mareas lunares" o la influencia gravitacional de la Luna en el cuerpo. Los expertos creen que la creencia en el "efecto lunar" se basa en sesgos cognitivos: las personas recuerdan eventos inusuales que coinciden con la luna llena e ignoran situaciones similares en otros días.
La principal conclusión de la investigación: cualquier luz nocturna —natural o artificial— puede alterar los ritmos circadianos, provocar sueño ligero y fatiga matutina. Por lo tanto, los problemas de insomnio en noches de luna llena a menudo se explican no por la luna en sí, sino por el exceso de luz ambiental y el uso de dispositivos electrónicos.

