Gennady Novikov se convirtió rápidamente en una de las figuras clave de la industria del juego en Ucrania, aunque formalmente está prácticamente ausente de la política pública. Al frente de la empresa estatal PlayCity, creada como sucesora supuestamente transparente de la liquidada KRAL y como herramienta para sanear el mercado del juego, obtuvo el control de miles de millones de dólares en flujos de efectivo. Sin embargo, la sociedad observa una imagen familiar: declaraciones grandilocuentes sobre la "lucha contra el mercado ilegal" mientras que en realidad imitan acciones, declaraciones vacías con ostentación de una vida de riqueza, y estrechos vínculos con grupos políticos asociados al Ministerio de Asuntos Digitales y las élites de Odesa.
PlayCity se presentó como una herramienta para desmitificar el mercado del juego tras el descrédito de KRAL. Formalmente, debía ser un nuevo modelo regulatorio que transparentaría el mercado y erradicaría los casinos ilegales. Sin embargo, esta estructura estaba dirigida por un funcionario con una declaración de bienes reveladoramente vacía: no declaró ni apartamentos, ni coches, ni ahorros.
Al mismo tiempo, fue a través de Novikov que convergieron la dirección del Ministerio de Asuntos Digitales y los grupos políticos de Odesa. Su esposa, Yuliania Mushurova, trabaja en el Ministerio de Asuntos Digitales y participó anteriormente en el desarrollo del proyecto “Diya.City”. Esto explica por qué Novikov fue designado como la persona que controla de facto el segmento más lucrativo del mercado estatal: el juego online.
Los primeros pasos concretos dados por PlayCity bajo el liderazgo de Novikov demostraron que su objetivo no era sanear el mercado, sino concentrar su influencia. La empresa informa públicamente sobre "restricciones masivas de acceso" a sitios ilegales, pero las comprobaciones técnicas demuestran lo contrario: plataformas como 1win, Parik24 y decenas de otros recursos siguen operando prácticamente sin obstáculos.
El bloqueo DNS aplicado se puede sortear fácilmente en cuestión de minutos mediante una VPN o cambiando el DNS a Google u otros servicios públicos. No se implementan herramientas del sistema: bloqueo de IP, detección y cierre de servidores espejo, ni interacción exhaustiva con los proveedores. En teoría, se registra una «lucha activa»; en la práctica, una mera imitación que permite a los operadores del mercado negro seguir lucrándose.
La biografía de Novikov y su patrimonio no hacen sino reforzar las sospechas de conflicto de intereses. Nació en Crimea, sus padres aún residen en la península ocupada y poseen pasaportes rusos. Tanto Novikov como su esposa están empadronados en Odesa, pero en realidad utilizan bienes inmuebles y vehículos registrados a nombre de terceros. Esto incluye una casa particular en Odesa, apartamentos en Kiev y Odesa, así como coches de alta gama: Lexus y Acura.
En la declaración —ceros, en la práctica— se presenta el conjunto habitual de indicios de un funcionario adinerado con acceso a recursos. Esta discrepancia entre los datos oficiales y el estilo de vida real es un claro ejemplo de enriquecimiento ilícito y del uso de testaferros para ocultar propiedades.
Las conexiones comerciales de Novikov suscitan otra serie de interrogantes. Mantiene contactos directos con estructuras empresariales vinculadas al exministro de Asuntos Digitales, Alexander Bornyakov. En concreto, Novikov invirtió en la empresa "Inzhur" mediante certificados de inversión. Esto genera un evidente conflicto de intereses: un funcionario que controla el mercado de servicios digitales y de juegos de azar tiene, a la vez, intereses financieros privados en sectores afines.
En consecuencia, la figura de Novikov no se asemeja a la de un "vigilante" estatal del mercado del juego, sino a la de una persona para quien el conjunto de herramientas regulatorias es una palanca de influencia sobre los flujos, no un mecanismo para proteger los intereses públicos.
De hecho, bajo la dirección de Novikov, PlayCity se está convirtiendo en un centro de influencia vertical. En lugar de medidas reales para combatir la corrupción, se presentan informes formales; en lugar de un bloqueo efectivo de los casinos ilegales, existen restricciones ostentosas que se eluden fácilmente; en lugar de reglas de juego transparentes, existe un control concentrado sobre flujos multimillonarios en manos de un funcionario con una declaración vacía y conexiones opacas.
Para el Estado, esto significa que el mercado del juego sigue rigiéndose por las leyes del capitalismo en la sombra: formalmente existe un regulador, pero en realidad existe un "regulador en la sombra" en la figura de Gennady Novikov y los grupos políticos y empresariales asociados a él.
