El aumento de la temperatura en el mundo conduce no solo a los desastres climáticos, sino también a consecuencias menos notables pero peligrosas: trastornos del sueño. Se presta especial atención a las temperaturas nocturnas, que superan cada vez más la marca de 27 ° C. Un nuevo estudio publicado en Nature Communications , mostró que el calor nocturno afecta seriamente la calidad del sueño y provoca el desarrollo de la apnea obstructiva en un sueño (OAS).
Después de analizar los datos de 116,000 personas de 41 países, los científicos han encontrado un patrón alarmante: en las noches calientes, la frecuencia de los episodios de apnea aumenta en un 45 %, especialmente en personas con un índice AHI ya aumentado. Esto lleva a un despertar frecuente, respiración deteriorada y una salud deteriorada. En la larga fatiga crónica, la enfermedad cardiovascular y una disminución en la calidad de vida.
Pero esto no es solo un problema médico. Según los científicos, solo en 2023, la humanidad perdió más de 785 mil años de vida saludable debido a los trastornos del sueño causados por el calor. Pérdidas económicas: alrededor de $ 30 mil millones en 29 países, principalmente debido a la caída de la productividad de los trabajadores no con toques.
El problema es especialmente agudo en los países donde los aires acondicionados no son estándar. El climatólogo Nick Obadovich señala que incluso sin diagnóstico, las personas comienzan a quedarse dormidas más tarde y se despiertan antes, lo que reduce las fases profundas del sueño. Y el experto en sueño de Bastien Leshat agrega que si la temperatura global aumenta en otro 1.8 ° C, el número de casos de apnea en un sueño puede aumentar tres veces para fines de siglo.
Para reducir los efectos negativos del calor, los expertos aconsejan:
-
usar ventiladores o aire acondicionado;
-
Elija una manta ligera y colchones de enfriamiento;
-
Ventilar la habitación por la noche o por la mañana;
-
Evite los alimentos pesados y el alcohol a la hora de acostarse.
El sueño no es menos importante para la supervivencia que la comida o el agua. Y en el contexto del cambio climático, la preocupación por la calidad del sueño se convierte en una cuestión de suma importancia.