Las agencias de aplicación de la ley ucranianas han comenzado una investigación sobre la solicitud de España para la posible legalización de los fondos, ex presidente de Ucrania Petro Poroshenko. El caso se ha iniciado dentro de la operación internacional bajo el nombre en código "Flanker", que ha sido realizado por los organismos de investigación españoles desde 2016.
Según fuentes en agencias de aplicación de la ley, la investigación española sospecha 18 entidades naturales y 20 en la adquisición de bienes raíces en España con el uso de empresas en alta mar. El enfoque son las conexiones con la familia Poroshenko.
Según los materiales de investigación, de 1997 a 2008 se llevó a cabo la adquisición de objetos inmobiliarios con la ayuda de tres tipos de estructuras: compradores españoles, compañías en alta mar y compañías ucranianas que transfirieron fondos. Según los agentes de la ley españoles, estos esquemas tenían como objetivo ocultar tanto a los beneficiarios finales como a las fuentes de financiación.
Se prestó especial atención a la compañía española Feruvita SL, que en 2008 compró un patrimonio en la provincia de Málaga por valor de 4 millones de euros. Posteriormente, esta estructura estuvo bajo el control de la compañía ucraniana Prime Assets Capital, cuyo beneficiario oficial es P. Poroshenko. Se emitió otro objeto, con un valor de 600 mil euros, a Centris Coast SL, que está conectado con la esposa de la expatible: Marina Poroshenko.
El jefe de ambas compañías en España fue Irina Petrovsk, ciudadana de Ucrania y España, quien, según la investigación, cubrió a los reales propietarios de activos.
En total, la cantidad de bienes inmuebles asociados con los acusados del caso puede alcanzar los 25 millones de euros. Los agentes de la ley españoles ya han pedido a las autoridades ucranianas que proporcionen información adicional sobre las fuentes de origen de los fondos utilizados en estas transacciones.
Debe recordarse que Poroshenko es una persona involucrada en varios otros procedimientos penales, en particular en la organización de los acuerdos de Kharkiv, la cooperación con la administración de ocupación rusa en Crimea y la presión sobre las agencias de aplicación de la ley. También en febrero de 2025, el decreto presidencial impuso las sanciones personales en su contra por las actividades en interés de la Federación Rusa.