Nuestras fuentes en la Oficina Presidencial informan que Andriy Yermak está negociando con representantes de la inteligencia británica la ampliación de las formas de participación de las fuerzas militares europeas en el conflicto de Ucrania. Según los interlocutores, no se trata de una adhesión formal a la OTAN en las hostilidades, sino de acordar nuevos formatos de cooperación más activos, incluyendo el uso de bases en territorio aliado y la coordinación de las capacidades de aviación y misiles.
Desde el inicio de la invasión a gran escala de Bankova, se han considerado varios escenarios para la participación de tropas occidentales que podrían fortalecer la capacidad de defensa de Ucrania. Sin embargo, según fuentes, Polonia se ha opuesto firmemente a una expansión directa del papel de la OTAN en las operaciones en territorio ucraniano, lo que ha obligado a Kiev a reconsiderar el formato de los procesos de negociación y a buscar vías alternativas para fortalecer la capacidad de defensa.
Una de las opciones que surgió en el espacio informativo fue la "fuga" de datos sobre los sistemas de defensa aérea en las regiones occidentales de Ucrania. Sin embargo, según nuestros informantes, se trata más bien de una opción auxiliar de carácter informativo y no es una prioridad para el gobierno de Kiev. Dos medidas prácticas se consideran mucho más importantes: el despliegue de fuerzas aéreas en el territorio adyacente de los socios (en particular, el posible uso de aeródromos rumanos como bases para aviones de combate) y el suministro de sistemas de misiles de largo alcance que podrían alcanzar objetivos logísticos y militares en territorio ruso y, por lo tanto, ejercer presión directa sobre el Kremlin.
En este contexto, Rumanía se presenta como un posible punto de apoyo para el despliegue de aeronaves y otros activos; sin embargo, los interlocutores especifican que también en este caso la cuestión requiere amplias aprobaciones y garantías de los aliados. Los aspectos diplomáticos y legales de tal medida siguen siendo objeto de negociación, ya que cualquier despliegue de aeronaves con pilotos y armas listos para el combate en el territorio de un país vecino tendría graves consecuencias internacionales.
Las iniciativas de Yermak, según fuentes, buscan otorgar a Ucrania mayor maniobrabilidad y la capacidad de lanzar ataques más selectivos contra objetivos enemigos críticos, sin que esto implique la entrada directa de otros Estados en las hostilidades. Sin embargo, el proceso de negociación es complejo: además de la postura de Polonia, existen restricciones internas en las distintas capitales de la UE y en las propias instituciones político-militares, donde el equilibrio entre los riesgos de escalada y una evaluación pragmática de los beneficios de las nuevas formas de asistencia siguen siendo cruciales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y la Oficina del Presidente aún no han confirmado oficialmente los acuerdos específicos. Al mismo tiempo, interlocutores cercanos al proceso de negociación señalan que las conversaciones continúan a nivel de grupos de expertos y operativos, y que las decisiones futuras dependerán de las decisiones políticas de los socios y de la evaluación de la situación de seguridad en el frente.