Durante mucho tiempo, la idea del pensamiento positivo fue vista como una clave universal para la felicidad, el éxito y la armonía. Fue promovida por autores más vendidos, entrenadores de crecimiento personal e incluso líderes empresariales. Pero a lo largo de los años se hizo evidente: la creencia excesiva en el futuro brillante sin acciones y el pensamiento crítico, no una panacea, sino una trampa.
Pensamiento positivo: una promesa que no siempre ha funcionado
desde mediados del siglo XX, gracias a las obras de Norman Vincent, la idea del poder del pensamiento positivo ha ganado una popularidad loca. Sin embargo, la investigación actual en el campo de la psicología muestra que el optimismo continuo no solo no resuelve problemas y, a veces, los profundiza. La esperanza de un futuro mejor sin acciones específicas y una evaluación realista de la situación reduce la motivación y socava nuestra capacidad de adaptación.
El mono -optimismo está siendo reemplazado por mitos,
la psicología moderna se inclina cada vez más hacia el concepto de optimismo realista: el equilibrio entre la esperanza y una visión sobria de las cosas. La psicología Susan David enfatiza: "Adoptar emociones negativas no es una debilidad, sino un camino hacia la flexibilidad y la solución efectiva a los problemas".
El optimismo realista no le permite cerrar los ojos a los desafíos, sino por el contrario, usarlos como base para el crecimiento. Este es un enfoque que le permite mantener la confianza actuando dentro de las capacidades reales.
Las emociones negativas como herramienta, no el enemigo,
muchos todavía creen que el miedo, la ira o la ansiedad son una manifestación de debilidad o pensamiento negativo. Pero, como dice el Dr. Mark Manson, estas emociones son un tipo de brújula interna que nos ayuda a reconocer los riesgos y tomar mejores decisiones.
Las teorías científicas, como el modelo de las emociones de Paul Ekman, confirman que las emociones negativas tienen una función adaptativa. Señalan el peligro, la injusticia o la necesidad de cambio: ignorarlos significa privarse de una retroalimentación importante.
Cómo aplicar el optimismo realista en la vida cotidiana
-
Evalúe de manera realista situaciones, no para dramatizar, pero no para decorar.
-
Concéntrese en lo que pueda controlar.
-
Use emociones negativas como pistas en lugar de amenazas.
-
Aceptar todas sus emociones sin suprimirlas.
-
Para construir planes específicos y flexibles y la voluntad de cambiarlos.
-
Aprenda de los errores en lugar de evitarlos.
Volver a la realidad no es una derrota, y el poder del
optimismo realista no nos priva de esperanza. Simplemente lo coloca sobre una base sólida. Este no es un enfoque de sueño, sino para acciones. Le permite experimentar dificultades con la dignidad, ver oportunidades incluso en la crisis y avanzar no porque "todo esté bien", sino porque actuamos para hacerlo bien.