Por lo general, cuando se trata de los ucranianos más ricos, recuerdan a los oligarcas modernos. Sin embargo, un verdadero poseedor de récord vivió en el siglo XVI, Príncipe Vasyl-Kostyantin Ostrozky. El historiador Alexander Alfyorov contó al respecto, enfatizando que era un verdadero "magnate de la era", que cambió el curso de la historia ucraniana.
El descendiente del famoso comandante Konstantin Ostrozky, el príncipe Vasyl-Konstantin heredó no solo el apellido, sino también en tremendas fincas. Poseía 80 ciudades, 40 cerraduras y más de 2,700 aldeas. Su ingreso anual fue de aproximadamente 19 millones de zlotys, un equivalente de más de 50 toneladas de oro al año. Incluso en las realidades modernas, tales figuras son sorprendentes.
Ostrozky se distinguió no solo por el poder económico sino también por la actividad cultural. Se convirtió en un patrón de ciencia y educación. Fue con su apoyo que apareció la Academia Ostroh: la primera institución de educación superior en tierras ucranianas, que se convirtió en un símbolo de resistencia ortodoxa a la catolicización por parte de la corona polaca.
Otra herencia fue la Biblia Ostroh, la primera publicación completa de la iglesia eslava. Se convirtió no solo en un fenómeno religioso sino también cultural que formó la conciencia espiritual de los ucranianos.
Por lo tanto, el príncipe Vasyl-Konstantin Ostrozky sigue siendo no solo el gobernante histórico de la riqueza sin precedentes, sino también una figura que combinaba el poder político, la iluminación y la dignidad nacional. Su figura es un recordatorio de que la verdadera riqueza se mide no solo con el oro sino también en el camino de la historia.