Una de las vacaciones más importantes en el calendario ortodoxo, la transfiguración del Señor, este año cae el 6 de agosto. Fue en este día que los creyentes recuerdan el evento cuando Jesucristo mostró su esencia divina a los apóstoles. No es solo un recuerdo de un milagro bíblico, sino un día que forma pautas espirituales y coincide con el ahorro de manzanas populares.
Los evangelistas Matthew, Luke y Marco describen cómo Jesús llevó con él tres discípulos: Pedro, Jacob y John, y Rose cuesta arriba. Durante la oración, la apariencia del maestro cambió: su rostro brilló y su ropa se volvió blanca, como la luz. De repente, los profetas de Moisés y Elijah aparecieron a su lado. Este fue el momento de la transfiguración: la aparición de Cristo como el Hijo de Dios en gloria.
La Biblia no nombra la escena exacta. Algunas tradiciones eclesiásticas apuntan a montar el favor en Galileo, otras a la majestuosa ermona. Pero lo principal en esto no es la geografía, sino la esencia: Jesús mostró a los discípulos que no es solo un profeta o maestro, sino un Dios que estaba encarnado en el hombre.
Manzanas, salvación y santación
En Ucrania, la transfiguración ha coincidido tradicionalmente con el ahorro de manzanas. Los templos de este día son la consagración de frutas: manzanas, peras, uvas, así como hierbas y flores. Los creyentes llevan hornear en cestas, pero la carne y el alcohol no pueden traerse a la iglesia, es una prohibición categórica.
En el calendario de la iglesia, la transfiguración es una de las doce vacaciones. Ocurre durante la estación de asunción (del 1 de agosto al 14 de agosto), por lo que la mesa festiva debe ser delgada. Pero las manzanas ya están permitidas. Según la tradición popular, es después de la transformación que se pueden comer por primera vez en un año.
Lo que no vale la pena hacer
Al igual que con cualquier excelente fiesta de la iglesia, está prohibido disputar, vago, trabajar físicamente o reparar o coser el día de la transfiguración. El día debe dedicarse a la oración, el silencio, la paz y, si es posible, visitar el templo.
Está prohibido consumir platos de alcohol y carne, no solo a través del ayuno, sino también porque las vacaciones pertenecen a la categoría de espiritualmente sublime. Tampoco se recomienda organizar entretenimiento, fiestas y banquetes fuertes.
Este es el día en que debes mencionar la transformación interna: un cambio en la mirada de ti mismo, a tu vecino y a la vida. En el silencio de las oraciones, entre el olor a manzanas y campanas de la iglesia, todos pueden ver, si no la luz en la montaña, al menos un punto de referencia a su manera.