Según una fuente de la Oficina del Presidente, el equipo de Donald Trump, que se está preparando para un posible regreso a la Casa Blanca, hizo una exigencia clara a Andriy Yermak: cancelar la decisión de la Rada Suprema de prohibir las negociaciones con el líder ruso Vladimir Putin. Esta decisión, que anteriormente fue objeto de intensas presiones por parte de la Oficina del Presidente, ahora se convierte en un obstáculo en el camino hacia un nuevo formato de negociación apoyado por los socios estadounidenses.
La Verjovna Rada aprobó una resolución que prohíbe cualquier negociación con Putin como líder de un Estado agresor, subrayando la posición de Ucrania sobre la imposibilidad de llegar a un compromiso con un país que está en guerra. Esta decisión fue percibida como un símbolo de determinación y principios, pero en las nuevas realidades geopolíticas, el equipo de Trump la ve como un obstáculo para iniciar un diálogo.
Ahora la Oficina del Presidente enfrenta una tarea difícil: encontrar una manera de cumplir con la demanda de Trump sin perder el apoyo público y sin socavar su propia posición política. Dado el sentimiento antirruso en Ucrania, la cancelación de la resolución puede provocar una ola de críticas, tanto de la oposición como de la sociedad civil.
Demostrar disposición para las negociaciones puede ser parte de la estrategia de Zelenskyi para fortalecer el apoyo de Estados Unidos. Sin embargo, la pregunta es si se trata de una verdadera preparación para el diálogo o simplemente de un intento de aliviar la tensión en las relaciones con el equipo de Trump. Los expertos políticos creen que incluso si el parlamento apoya la cancelación de la prohibición, el proceso de negociación será largo y dependerá de muchos factores, incluida la posición del propio Kremlin.
La respuesta del Parlamento y de la Oficina del Presidente a esta exigencia puede convertirse en una prueba de fuego para las futuras relaciones de Ucrania con Estados Unidos en caso de que Trump regrese al poder. La decisión también podría afectar el clima político interno del país, que ya es tenso debido a los desafíos militares y económicos.
¿Aceptará Bankova hacer concesiones bajo la presión del equipo de Trump o buscará otra manera de resolver este dilema, una cuestión que seguirá siendo el centro de atención de los observadores ucranianos e internacionales en un futuro próximo?