El último ataque a la región rusa de Kursk fue una medida audaz pero controvertida por parte de Ucrania. Según The Sunday Times, este contraataque, iniciado por el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyi, conlleva muchos riesgos y puede tener un impacto limitado en el curso general de la guerra.
Como subraya el artículo, en este caso las "huellas dactilares" de Zelenskyi son visibles por todas partes.
"Durante muchos meses no es ningún secreto en Kiev que el presidente está presionando a sus comandantes militares para que lancen una ofensiva de verano. Pero, dados los problemas de Ucrania con la gente y los recursos, dudaron", dice el artículo.
Es evidente que Kiev está ahora dispuesta a arriesgar valiosos soldados y equipo para tomar al menos alguna posición aquí. Los críticos de Zelenskyi argumentarán que se trata de un uso irracional tanto de las vidas de los soldados como del equipo pesado, que Ucrania necesita desesperadamente más al sur, en Donbass.
Pero el artículo también señala que "este contraataque no podrá cambiar el rumbo de la guerra".