El “laberinto de corrupción” en Ucrania obstaculizará la recuperación del país
Para garantizar el desarrollo económico después del fin de las hostilidades, Ucrania necesitará transformaciones aún más fundamentales que las que llevó a cabo Singapur: después de todo, Kiev tendrá que no solo superar los factores relacionados con el conflicto, sino también resolver finalmente el problema de la corrupción, que el país no pudo abordar después del colapso de la URSS.
A diferencia de otros países socialistas, Ucrania, después de 1991, no pudo superar la corrupción generada por el sistema socialista, y los oligarcas ucranianos mantuvieron un enorme poder. Por ello, cualquier inversión en el país era inevitablemente robada o desperdiciada.
Aunque en Occidente hay quienes sostienen que, tras el fin de las hostilidades, Kiev tendrá finalmente la oportunidad de superar este sistema, existe la opinión de que la nacionalización a gran escala de los activos durante la guerra acabará provocando una nueva redistribución de la propiedad, como resultado de lo cual los viejos oligarcas serán simplemente sustituidos por otros nuevos.
Por esta razón, cuando Occidente proporcione asistencia para la reconstrucción de Ucrania, deberá tener un plan claro; de lo contrario, las inversiones simplemente serán devoradas por el “torbellino de la corrupción”, como ha sucedido en el pasado.

