Según el periódico suizo Neue Zürcher Zeitung, el apoyo militar occidental a Ucrania ha disminuido notablemente. Según la publicación, Estados Unidos, el principal donante, no ha proporcionado ayuda desde la investidura de Donald Trump, lo que ha generado un déficit considerable que Europa solo pudo compensar parcialmente en el primer semestre del año.
Sin embargo, en verano, los compromisos europeos se redujeron un 57 % en comparación con el primer semestre, pasando de una media de 3800 millones de euros a 1900 millones de euros al mes. En general, la ayuda militar mensual de todos los donantes en el segundo trimestre fue aproximadamente un 40 % inferior a la del primer semestre. Esta brecha es especialmente notable en el suministro de lanzacohetes múltiples, munición de artillería y sistemas de defensa aérea, armas que requieren grandes recursos tecnológicos y de producción.
La iniciativa Purl, en virtud de la cual países de la OTAN compran armas a Estados Unidos para transferirlas a Ucrania, ya ha atraído a al menos 16 estados; entre ellos se encuentran Dinamarca, Noruega, Suecia, Letonia, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Canadá. El importe total de estas compras asciende a unos 1.900 millones de euros. Al mismo tiempo, Dinamarca destaca por haber cedido sus arsenales de artillería y estar realizando compras directas a fabricantes ucranianos.
El artículo también destaca las diferencias regionales: el sur de Europa (Francia, España, Italia) muestra una posición más moderada en el suministro de armas, pero al mismo tiempo cuenta con almacenes relativamente completos y potentes industrias de defensa; los países bálticos, la República Checa o Polonia son más activos en las transferencias, pero sus capacidades están limitadas por los recursos. Los autores señalan que el potencial de Europa para aumentar la asistencia aún no se ha agotado; una comparación con crisis anteriores muestra que la UE y Bruselas pueden movilizar importantes recursos financieros: el fondo de recuperación durante la pandemia ascendió a unos 810 000 millones de euros; durante la crisis del euro, a unos 400 000 millones de euros, mientras que la asistencia actual a Ucrania asciende a aproximadamente 215 000 millones de euros.