Nuevas evidencias científicas confirman una relación directa entre los hábitos alimentarios y la longevidad. Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), publicado con un enlace en Earth, demostró que seguir las pautas alimentarias escandinavas se asocia con un riesgo significativamente menor de muerte prematura.
La profesora asociada Christina Dam y la estudiante de doctorado Anna Bak Merh analizaron los hábitos alimentarios de más de 76.000 suecos que habían registrado su dieta y estilo de vida desde 1997. Los participantes de mediana edad que siguieron el consejo escandinavo —minimizar el consumo de carne roja y azúcar y consumir regularmente cereales integrales, legumbres, pescado y productos lácteos bajos en grasa— presentaron una tasa de mortalidad general un 23 % menor. Este efecto se mantuvo tras considerar los ingresos, la educación y la actividad física.
Por otra parte, los científicos señalan que la mayor reducción del riesgo se observó en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Esto resalta la importancia de la nutrición en la prevención de enfermedades cardíacas, independientemente del nivel socioeconómico.
Los autores enfatizan que la idea de las recomendaciones escandinavas no son prohibiciones estrictas, sino equilibrio. La dieta debe ser beneficiosa para la salud humana y, al mismo tiempo, menos dañina para el medio ambiente: menos cría de animales, más productos vegetales y menos desperdicio de alimentos.
Esto es especialmente importante dado el impacto de la industria alimentaria en el clima: los científicos estiman que la producción y el consumo de alimentos son responsables de alrededor del 30 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Las directrices escandinavas tienen esto en cuenta y animan a las personas a optar por productos más respetuosos con el medio ambiente.