Un equipo internacional de científicos, que incluye expertos de la Universidad de Manchester y Harvard, ha concluido que la hora de la primera comida puede afectar la esperanza de vida. El estudio reveló que retrasar el desayuno aumenta el riesgo de muerte en las personas mayores.
El estudio, que duró más de tres décadas e incluyó a 2945 personas en el Reino Unido, reveló que cada hora de retraso en el desayuno aumentaba el riesgo de mortalidad en un 8 %. Esto tuvo en cuenta factores socioeconómicos y el estilo de vida de los participantes.
Los científicos señalan que a medida que las personas envejecen, tienden a posponer el desayuno y acortar su "ventana de alimentación", lo que puede estar relacionado con problemas de salud, como depresión, fatiga crónica o trastornos del apetito.
Al mismo tiempo, los investigadores enfatizan que desayunar tarde no es una causa directa de enfermedad o muerte, sino que puede servir como un indicador simple y accesible de la salud general. Una alimentación regular, en sintonía con los ritmos circadianos, promueve un envejecimiento más saludable y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.