Para muchas estrellas, la apariencia es la mitad de la batalla. Por eso recurren a diversos procedimientos para verse más jóvenes y atractivas. Sin embargo, el resultado no siempre cumple con las expectativas. Para la famosa atleta y entrenadora de fitness Anita Lutsenko, la cirugía plástica no le aportó belleza, sino nuevos complejos.
Los problemas comenzaron durante el embarazo, cuando Anita desarrolló una hernia umbilical. La mujer sentía dolor y sabía que solo podía solucionarse quirúrgicamente. Finalmente, pensó en la operación después de participar en el programa "Dancing with the Stars", cuando, al ver las grabaciones, empezó a acomplejarla por el estado de su estómago.
Confió en un médico que figuraba entre los 10 mejores cirujanos de Ucrania. Según Lutsenko, la operación fue sencilla, pero el resultado fue impactante: en lugar de la mejoría esperada, sufrió aún más complicaciones y durante los cinco años siguientes ocultó su abdomen de las cámaras.
Cuando Anita volvió al cirujano para averiguar el motivo del fracaso, no recibió ningún apoyo ni empatía. El médico insistió en que "todo estaba perfecto". Lutsenko recalcó que no había presentado ninguna demanda ni recibido llamadas de médicos ofreciéndole ayuda.
Esta historia se convirtió en una experiencia dolorosa y un recordatorio para el deportista: incluso recurriendo a los mejores especialistas, no hay garantía de un resultado perfecto.