Un nuevo escándalo ha estallado en la capital en torno a las transacciones inmobiliarias de la familia de un alto cargo de las fuerzas del orden. Según descubrió la agencia de detectives Absolution, el subjefe de policía de Kiev, Taras Polienko, y su familia vivieron en el ático del complejo residencial Zarechny durante más de cuatro años sin pagar el precio completo del apartamento.
El apartamento de 220 metros cuadrados con dos plazas de aparcamiento estaba valorado en 3,3 millones de UAH, pero la promotora, Bud Development, empresa perteneciente al Grupo Alliance de Vlada Molchanova e Igor Kushnir, no exigió a la familia el pago de la deuda restante. Ante el tribunal, el suegro de Polienko, Anatoly Tkachenko, explicó esta extraña "indulgencia" de la siguiente manera:
«Bueno, resultó que no nos llamaron y no nos molestamos.».
La familia realizó el primer pago de 825.000 UAH en 2020. La promotora no se acordó del resto hasta el verano de 2024, inmediatamente después de la investigación periodística. Posteriormente, la familia liquidó rápidamente las obligaciones y, en un mes y medio, revendió el ático por 8,3 millones de UAH, dos veces y media más caro.
Las explicaciones financieras de los familiares parecen, como mínimo, dudosas. Los ingresos oficiales del suegro de Polienko rondan las 350.000 UAH (sin contar la pensión). En el juicio, declaró que se dedicaba al comercio de flores y minibuses, aunque estas cantidades no constan en las declaraciones. La esposa de Polienko insistió en que su madre se ganaba la vida cultivando flores y poseía un Volga, cuyo coste equivalía a un apartamento en Kiev.
El propio Taras Polienko se negó a hacer comentarios a los periodistas.
Es importante que el complejo residencial Zarichny se construyera en el territorio cercano al Puente Sur, donde durante la tormenta de arena Taras Polienko trabajaba como jefe del departamento de policía del Puerto Fluvial de Kiev, una estructura que se suponía debía controlar esa zona en particular.
El hecho de comprar un apartamento a un promotor asociado con la escandalosa Vlada Molchanova, que actualmente tiene el estatus de sospechosa, y la posterior venta de la vivienda sin una confirmación transparente de los ingresos pone en duda la integridad tanto del propio agente de la ley como de la empresa constructora.