La productora musical ucraniana Iryna Horova comentó sobre los esfuerzos de su exesposo Potap y la cantante Nastya Kamensky por consolidarse en el mercado latinoamericano. Señaló que sigue de cerca a todos los artistas ucranianos que buscan hacerse un nombre en el extranjero para comprender cómo está cambiando la industria internacional y cuáles son las verdaderas oportunidades para nuestros artistas.
En una conversación con Economic Truth, la productora enfatizó que entrar al escenario global es un proceso complejo y largo que depende no solo de los artistas, sino también de las tendencias en mercados específicos. En su opinión, actualmente el público extranjero no muestra una gran demanda de música pop ucraniana, e incluso proyectos de alta calidad corren el riesgo de pasar desapercibidos.
Horova enfatizó que la estrategia de copiar el sonido estadounidense o británico hace tiempo que dejó de funcionar. En su opinión, los artistas ucranianos solo pueden cautivar al público global con un estilo único que los distinga de sus competidores. Precisamente preservar su propia identidad musical, y no imitar las tendencias de otros, puede ser la clave del éxito.
La productora señaló que en la industria ucraniana están surgiendo artistas dispuestos a trabajar para crear un sonido original que atraiga la atención de sellos discográficos internacionales y plataformas de streaming. Está convencida de que solo un producto musical original puede abrirse camino en el mercado global.
Mencionó por separado la trayectoria actual de Nastya Kamensky hacia el público hispanohablante y el mercado estadounidense, así como el hecho de que Potap comenzara a crear bajo el nuevo nombre artístico de Slavic Balagan. A pesar de sus constantes intentos, Gorova cree que el camino al éxito no reside en cambiar de seudónimo ni en centrarse en los mercados extranjeros, sino en crear contenido propio y único.
El productor concluyó que el futuro de la música ucraniana está en los intérpretes que no imitan el estilo de otros, sino que crean el suyo propio, capaz de atraer el interés de una audiencia global.

