En la sesión plenaria del Consejo Municipal de Obukhov, celebrada el 22 de agosto de 2025, los diputados apoyaron un aumento en las tarifas de suministro de agua y aguas residuales de la empresa municipal "Dobrobud". Esta decisión sorprendió a los residentes: incluso considerando una compensación presupuestaria del 40%, el precio por metro cúbico de agua alcanzó los 151,68 UAH.
A modo de comparación: en los pueblos vecinos de Orilske y Partizanske, un metro cúbico de agua cuesta entre 16 y 19 UAH, y en algunas zonas del río Dniéper, entre 13 y 18 UAH. Es decir, los residentes de la comunidad de Obukhiv pagan diez veces más.
La situación se complica por las pérdidas en la red: según los cálculos de Dobrobud, de 22.300 metros cúbicos de agua producida, más de la mitad (11.800) desaparece en las tuberías. Además, el agua está oxidada, se suministra de forma intermitente y hay constantemente un líquido en los sótanos que deteriora las propiedades e incluso conduce la electricidad. La gente se queja de que los electrodomésticos se estropean debido a esta calidad.
Los residentes también están indignados por la falta de debates públicos sobre el aumento de tarifas. El 8 de agosto de 2025, los residentes de la zona residencial "Ptakhofabrika" organizaron una reunión por su cuenta, pero la dirección de "Dobrobud" no contactó con la gente. A pesar de las protestas, la comunidad financia la empresa con cargo al presupuesto: cada año, la Autoridad de Vivienda planea compensar con más de un millón de grivnas el agua contaminada.
Las auditorías financieras también revelaron flagrantes infracciones. Dobrobud pagaba la electricidad con cargo al presupuesto (57.800 UAH), carecía de contratos de arrendamiento, no percibía ingresos e incluso pagó una multa de 50.000 UAH por no cumplir con la cuota de empleo de personas con discapacidad. En 2025, el capital autorizado de la empresa se incrementó dos veces: primero en 1,09 millones de UAH y luego en otros 354.000 UAH.
Los habitantes exigen explicaciones a las autoridades sobre por qué, en tiempos de guerra, se les obliga a pagar precios exorbitantes por servicios que ni siquiera cumplen los estándares mínimos de calidad.