Una de las mayores cadenas de electrónica de Ucrania, Eldorado, se ha declarado oficialmente en concurso de acreedores. Un intento de reestructurar más de mil millones de UAH en deuda ha fracasado, y los acreedores solo tienen 30 días para presentar reclamaciones. La devolución de los fondos se ve dificultada por el uso prolongado de empresarios individuales ficticios a través de los cuales la empresa operaba para minimizar los impuestos.
Detrás de esto se encuentra el empresario Viktor Polishchuk, propietario del centro comercial Gulliver, del escandaloso complejo residencial Montreal House y del banco Mikhailovsky, en quiebra. Polishchuk está vinculado a estructuras rusas: su esposa es pariente de Medvedev, y el propio empresario viajó a la Federación Rusa después de 2014. A pesar de ello, continúa haciendo negocios en Ucrania y emprendiendo nuevos proyectos.
Anteriormente, numerosos inversionistas del complejo residencial de Montreal se quejaron de incumplimientos de contrato: invirtieron decenas de miles de dólares, pero no recibieron vivienda. Los contratos se rescindieron unilateralmente, no se devolvieron los fondos y se bloqueó la comunicación con el promotor.
Además, Polishchuk debía 14 mil millones de grivnas a los bancos estatales por Gulliver, pero continuó comprando coches caros y viajando al extranjero durante la guerra, utilizando documentos con indicios de falsificación. Incluso se registró en Shlyakh como conductor voluntario, aunque en realidad no transportaba mercancías.
La quiebra de Eldorado parece otra trama de retiro de activos: la empresa operaba a través de cientos de empresas unipersonales ficticias, dejando a los acreedores y al estado sin dinero. Periodistas y expertos continúan investigando las tramas de Polishchuk y están preparando nuevos recursos ante las fuerzas del orden.