La cistitis aguda, comúnmente confundida con una infección común del tracto urinario, puede ser una señal de alerta temprana de cánceres urológicos, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lund en Suecia, que analizaron los registros médicos de más de tres millones y medio de personas de 50 años o más.
Entre 1997 y 2018, se registraron cientos de miles de casos de cistitis en Suecia. Algunos pacientes fueron diagnosticados posteriormente con cáncer de vejiga y riñón, y en los hombres, cáncer de próstata, testículo y pene. El mayor riesgo se presentó durante los primeros tres meses tras la infección. Fue durante este período que la probabilidad de cáncer de vejiga aumentó casi 34 veces en hombres y 30 veces en mujeres. Aunque los riesgos disminuyeron con el tiempo, se mantuvieron elevados durante varios años, con una probabilidad de diagnóstico entre 3 y 3,5 veces superior a la media.
Se observó un patrón similar con otros tipos de cáncer. Los hombres con cistitis presentaron una probabilidad significativamente mayor de desarrollar cáncer de riñón o de próstata, mientras que las mujeres presentaron una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de riñón y algunos cánceres ginecológicos. Los investigadores enfatizan que estas cifras no implican que cada episodio de cistitis necesariamente resulte en cáncer. Más bien, sugieren que la infección puede ser la primera manifestación de una enfermedad latente o un factor concomitante que facilita su detección.
Los científicos explican que los tumores o incluso los cambios precancerosos pueden debilitar las defensas del tracto urinario y provocar infecciones. Además, los síntomas de algunos tipos de cáncer pueden ser similares a los de la cistitis, lo cual resulta engañoso tanto para los pacientes como para los médicos.
Para los médicos, este estudio es una señal: incluso un diagnóstico aparentemente normal puede ocultar graves riesgos. Es especialmente importante prestar atención a los pacientes de mediana edad y mayores. Los autores enfatizan que la cistitis aguda debe considerarse no solo como un problema independiente, sino también como un posible marcador clínico de cánceres urogenitales.