El empuje para el dulce no siempre es una debilidad a los postres. Según un dietista, un deseo constante de comer algo dulce a menudo indica problemas de salud ocultos, desde el estrés hasta trastornos metabólicos graves.
Una de las razones principales es la carga psico -emocional. En un estado de estrés, una persona busca inconscientemente una forma de disfrutar, y el azúcar en este caso actúa como "compensación psicológica". Sin embargo, dicha estrategia solo perjudica la salud: comer dulces con sobrepeso, obesidad y enfermedades cardíacas.
A veces, el ansia de dulce indica una escasez de ciertos elementos traza. Por ejemplo, el deseo de comer un rollo o pastel puede indicar una falta de cromo en el cuerpo. Este elemento se requiere en cantidades mínimas, pero con su deficiencia, el cerebro literalmente "requiere" carbohidratos rápidos. Sin embargo, como advierte el especialista, para reponer las existencias de cromo no funcionará, se requiere una corrección intencional de nutrición o suplementos.
Además, un deseo frecuente de dulce puede ser un signo temprano de diabetes tipo 2. Es posible que una persona no sepa sobre la enfermedad, pero sienta una sed constante, el deseo de beber agua de soda dulce, irritabilidad o fatiga; estas son las consecuencias de un azúcar inestable en la sangre.
Se recomienda a los nutricionistas que reemplacen los dulces de fábrica con opciones más útiles: frutas de temporada, mermelada natural, gelatina o chocolate negro con un alto contenido de cacao. También vale la pena comenzar con un día con desayuno rico en fibra y proteínas. Esta dieta ayudará a saturarse más rápido, estabilizar el azúcar y reducir la necesidad de dulce por la noche.
En casos más difíciles, cuando el ansia de azúcar es obsesivo y no controlado, el médico aconseja consultar a un especialista. A veces no es una dieta, sino ayuda psicológica o médica, no una dieta, sino ayuda psicológica o médica.