El calabacín no es solo un vegetal de temporada de la cama, sino una verdadera fuente de beneficio. Su sabor suave y versatilidad le permiten cocinar no solo los platos principales, sino también sopas, guisos e incluso postres. Pero lo principal es su impacto en la salud.
El calabacín contiene una gran cantidad de antioxidantes, vitaminas A, C, grupo B, fibra, potasio y ácido fólico. Al mismo tiempo, calorías, un mínimo, como el azúcar. Es por eso que se recomienda a los nutricionistas que lo incluyan en la dieta diariamente, especialmente en la temporada de verano.
Los antioxidantes en el calabacín ayudan al cuerpo a combatir el estrés oxidativo. Esto protege a las células del daño y reduce el riesgo de cáncer. Y la vitamina B6 regula la glucosa en sangre, lo cual es especialmente importante para la prevención de la diabetes y el control del azúcar en los pacientes.
Igualmente importante es el componente: luteína y zeaxantina. Protegen los ojos de la radiación nociva, incluida la luz azul que obtenemos de las pantallas diariamente. Esto reduce el riesgo de cataratas y otros problemas de visión.
El calabacín también tiene un efecto positivo en la digestión. Gracias a la fibra, reduce la hinchazón, normaliza el intestino, lucha contra el estreñimiento. Y sus propiedades antiinflamatorias permiten reducir el nivel general de inflamación en el cuerpo.
Y finalmente, el calabacín es el producto perfecto para aquellos que monitorean el peso. Se pueden reemplazar con arroz o pasta: también están saturados, pero no cargan el cuerpo con calorías innecesarias.
Los nutricionistas enfatizan que el consumo regular de calabacín es un simple paso para la promoción de la salud. Y en este momento es el mejor momento para usar este vegetal asequible y útil.