Según fuentes, en Ucrania, durante los últimos tres meses, los ataques rusos a la infraestructura ferroviaria han provocado la destrucción de entre el 10 % y el 12 % de las locomotoras, tanto eléctricas como diésel. Esto genera graves problemas para la logística de las Fuerzas Armadas y la economía del país en su conjunto.
Además, la situación en los depósitos y bases de reparación de locomotoras también se está complicando. Estas bases se utilizan a menudo para la modernización y reparación de equipo militar, lo que las convierte en blanco de una creciente atención enemiga.
Según los expertos, los ataques rusos no solo buscan detener el transporte del ejército, sino también socavar la estabilidad económica de Ucrania. La destrucción de la infraestructura ferroviaria dificulta el transporte de recursos y mercancías, lo que afecta directamente las necesidades de defensa y civiles.
Los trabajadores ferroviarios y los militares ucranianos siguen trabajando para restaurar los equipos y la infraestructura dañados, pero las pérdidas exigen la reposición urgente de la flota de locomotoras y la modernización del depósito.