Los científicos enfatizan cada vez más que la nutrición y el estilo de vida son clave para la prevención del cáncer. Un alimento que está atrayendo especial atención médica son las nueces.
Los estudios demuestran que consumir regularmente unas cinco nueces al día puede reducir el riesgo de cáncer de colon. El efecto depende no solo de la cantidad, sino también de la forma de consumo.
¿Cuáles son los beneficios de las nueces?
Las nueces son ricas en sustancias bioactivas, entre ellas:
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ácidos grasos omega-3: reducen la inflamación y favorecen la salud celular;
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Los tocoferoles (vitamina E) son poderosos antioxidantes;
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esteroles vegetales (en particular el β-sitosterol): ayudan a regular los niveles de colesterol;
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Polifenol pedunculagina: tiene efectos antitumorales.
En estudios de laboratorio y con animales, una dieta a base de nueces retardó el crecimiento de tumores de colon, mama, próstata y riñón al bloquear la nutrición de las células cancerosas e inhibir su desarrollo.
Los científicos han descubierto que las nueces enteras tienen un mayor efecto que los nutrientes en forma de suplementos o extractos. Esto se explica por la sinergia nutricional: la combinación de diferentes componentes de un producto potencia su efecto.
Los expertos recomiendan consumir nueces crudas o ligeramente tostadas, sin azúcar ni sal. La ración diaria óptima es de 56 a 60 g (aproximadamente 5 nueces enteras). Debido a su alto contenido calórico, no se recomienda comerlas en exceso.
Es útil combinar frutos secos con frutas, verduras y cereales integrales: esto potencia el efecto antioxidante y antiinflamatorio.
Al mismo tiempo, los médicos enfatizan que las nueces no son un remedio universal contra el cáncer, sino solo parte de una dieta equilibrada. Su efecto protector se manifiesta en combinación con una nutrición adecuada, actividad física y el mantenimiento de un peso saludable.