Los primeros síntomas de un tumor pulmonar pueden ser una tos leve o dificultad para respirar, que puede agravarse con el tiempo. A medida que el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) progresa, pueden aparecer otros síntomas a medida que la enfermedad comienza a afectar otros órganos.
El cáncer de pulmón suele originarse en los bronquios y luego se propaga rápidamente. En algunos casos, el tumor puede dañar los nervios. Una de las consecuencias es el síndrome de Horner, que se manifiesta con párpados caídos y disminución del tamaño de las pupilas. Con mayor frecuencia, se afecta un lado de la cara. Si las metástasis llegan al cerebro, los síntomas pueden incluir visión borrosa, visión doble, dolor de cabeza, problemas del habla e incluso convulsiones.
Los signos clásicos del cáncer de pulmón son tos que dura más de dos o tres semanas, infecciones respiratorias recurrentes, tos con sangre, dolor al respirar, dificultad para respirar persistente y fatiga constante. Entre las manifestaciones menos comunes, se observan ronquera, hinchazón de la cara o el cuello, y dolor en el hombro o el pecho.
Los expertos nos recuerdan que una de las maneras más efectivas de reducir el riesgo de la enfermedad es dejar de fumar por completo. Estudios científicos también confirman que una dieta baja en grasas y alta en fibra, que incluya cinco o más porciones de frutas y verduras frescas al día, puede reducir significativamente la probabilidad de desarrollar la enfermedad.