Mientras que los ucranianos comunes reciben un conjunto estándar para las fiestas: calcetines, perfume o una taza con la inscripción "mejor papá", en el mundo de las declaraciones burocráticas, "regalo" suena completamente diferente. Aquí, una caja de dulces vale varios millones de grivnas en efectivo. Y, curiosamente, esto ya ni siquiera causa sorpresa pública.
Según la NACP, solo en 2024, los funcionarios declararon 4.390 millones de grivnas en donaciones. Esto no es una nimiedad: es casi igual al presupuesto anual del centro regional. Y lo interesante es que crece de forma constante.
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2021 — 3.480 millones de UAH
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2022 — 3.920 millones de UAH
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2023 — 3.520 millones de UAH
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2024 — ya 4.390 millones de UAH
La tendencia es más que elocuente: la “industria del regalo” bajo el control del gobierno no funciona peor que las empresas offshore.
Formalmente, todo es legal. Si el valor del regalo supera los 5 mínimos de subsistencia (aproximadamente 15 000 UAH), debe declararse. Sin embargo, la salvedad es que no es necesario explicar detalladamente la fuente. Por eso, en las declaraciones aparecen menciones como "ayuda de mi madre", y esto por varios millones de grivnas.
También existen otras formulaciones:
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“apoyo financiero único”,
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“Contribuciones de boda” por una cantidad suficiente para varias bodas y un apartamento en Kiev,
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“un regalo de un pariente” que oficialmente vive con el salario mínimo.
Como resultado, un funcionario de rango medio con un salario de 20 mil grivnas indica, con total legalidad, un regalo de 2 a 3 millones en su declaración. Ni la NACP ni la fiscalía lo consideran una violación directa; al fin y al cabo, la ley lo permite. Y mientras las autoridades detectan pequeños casos de cantidades no declaradas, miles de millones siguen acumulándose en la cuenta de "regalos del destino".
De hecho, la sociedad ve otro absurdo:
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Hay dinero en las declaraciones,
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sus fuentes de origen son cuestionables,
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pero todo está formalmente dentro de los límites de la ley.
El problema es que esta "generosidad legal" de los funcionarios convierte el sistema de declaración en una farsa. Y en lugar de transparencia, tenemos otro mecanismo para legalizar la riqueza de origen desconocido.