El colesterol alto es peligroso porque no suele presentar síntomas. Sin embargo, la detección temprana de esta afección ayuda a prevenir complicaciones graves, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Según los expertos, el colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad) elevado aparece con mayor frecuencia debido a un estilo de vida poco saludable: consumo excesivo de alimentos grasos, falta de actividad física y malos hábitos.
Los cardiólogos identifican tres señales tempranas que pueden indicar un problema:
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Exacerbación de enfermedades crónicas. El colesterol puede aumentar en personas con diabetes, enfermedad renal, enfermedad tiroidea y procesos inflamatorios crónicos como lupus, artritis reumatoide o psoriasis.
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Dolor en el pecho y dificultad para respirar. Estas sensaciones suelen indicar estrechamiento u obstrucción de las arterias. El dolor puede irradiarse al brazo izquierdo, el cuello, la mandíbula o la espalda.
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Cambios en el rostro y la piel. El exceso de colesterol puede indicarse mediante xantomas (depósitos de grasa subcutáneos) y la aparición de un arco corneal en los ojos.
Los médicos aconsejan no ignorar estos signos y controlar periódicamente los niveles de colesterol, especialmente en las personas de riesgo.