Muchas frutas jugosas contienen azúcares simples naturales: sacarosa, glucosa y fructosa. Si bien son necesarios para el funcionamiento normal del organismo, su consumo excesivo diario puede alterar el metabolismo y afectar negativamente la salud. Así lo enfatizan los nutricionistas, citando datos de investigación y recomendaciones de importantes instituciones médicas.
Los expertos recomiendan consumir unos 400 gramos de frutas y verduras al día. Esta es la norma establecida por científicos de la Universidad de Oxford, quienes durante años observaron a 300 mil participantes de entre 40 y 85 años. El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) especifica que un adulto debe consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día, donde una porción equivale a 80 gramos.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios generales, algunas frutas no se recomiendan consumir a diario debido a posibles riesgos para el organismo.
Los nutricionistas señalan que los plátanos contienen muchos carbohidratos y potasio, por lo que su consumo excesivo puede provocar aumento de peso y afectar negativamente al sistema cardiovascular. Las uvas, ricas en antioxidantes, pueden dañar el esmalte dental debido a su alto contenido de ácido y provocar un rápido aumento de peso si se consumen en exceso.
La toronja, buena para bajar de peso y rica en vitamina C, puede empeorar el funcionamiento del estómago, el hígado y los riñones si se consume con frecuencia, por lo que los nutricionistas recomiendan limitar su consumo a 2 o 3 porciones semanales. El limón y el agua de limón tienen sus beneficios, pero su alta acidez destruye el esmalte dental, por lo que conviene enjuagarse la boca después de consumirla.
Los expertos mencionan la sandía por separado: según estudios polacos, su consumo diario prolongado puede causar diarrea y deshidratación. Se recomienda a las personas con problemas renales o diabetes que la consuman con extrema precaución.
Los expertos concluyen: la variedad es clave para una dieta saludable. Las frutas son buenas para la salud, pero la cantidad y la frecuencia de consumo deben ser equilibradas y acordes a las necesidades individuales de cada cuerpo.

