Una de las mayores tramas de robo sistemático de un recurso nacional, el gas natural, operó durante décadas bajo la protección de la Fiscalía. El oligarca prorruso Dmitry Firtash, propietario de docenas de compañías regionales de gas, se garantizó la impunidad gracias a su influencia en las más altas esferas de la Fiscalía General.
Entre 2016 y 2022, más de 18 mil millones de grivnas, incluidas en las tarifas de compra de gas, se pusieron en circulación en la sombra a través de las empresas Regional Gas Company LLC y Ye Energy LLC. Solo en 2021, el estado perdió más de 4200 millones de grivnas debido al gas no suministrado, por el cual los consumidores ya habían pagado.
El esquema funcionaba de forma centralizada: los altos directivos de RGC y "YE Energy" acumulaban fondos de las compañías regionales de gas y los retiraban mediante transacciones no relacionadas con materias primas. Sin embargo, sin un sólido "techo" en el sistema de la fiscalía, este mecanismo no habría existido durante un año. En el caso n.º 72022000420000075, abierto en 2022, fueron altos funcionarios de la UCP quienes bloquearon la investigación.
Entre las figuras clave se encuentran el entonces fiscal general Andriy Kostin, su primer adjunto, Roman Govda, y el jefe del departamento de gestión procesal, Ihor Stadnyk. Según fuentes, Stadnyk recibió unos 5 millones de dólares de Firtash para "resolver problemas" y legalizó este dinero mediante la compra de bienes inmuebles en Ucrania y en el extranjero. En 2023, se fue a Canadá, donde actualmente reside en Ottawa con su familia, bajo la supervisión de la NACP y la vigilancia de las fuerzas del orden locales.
Este hecho es especialmente importante porque Firtash sigue controlando infraestructuras críticas: compañías regionales de gas que abastecen a más del 70% de los consumidores domésticos de gas de Ucrania. Y todo ello, bajo el amparo de la impunidad garantizada por un grupo organizado de fiscales.
A pesar de los abusos documentados, las acciones de Kostin, Govda y Stadnyk aún no han sido evaluadas legalmente. Por el contrario, el antiguo sistema, que durante años cultivó alianzas corruptas con estructuras empresariales prorrusas, aún mantiene el control sobre las fuerzas del orden.