A pesar de la guerra a gran escala, las ventas de alcohol en Ucrania se mantienen altas. Según Serhiy Mazur, director y copropietario del Grupo Vitis, en 2025 las ventas de vino y espumosos casi alcanzaron los niveles de preguerra en volumen, pero en términos monetarios, el mercado se ha contraído entre un 30 % y un 40 %.
La razón radica en el cambio en la estructura del consumo. Tras la guerra, gran parte de los consumidores de los segmentos medio y medio superior emigraron. Esto redujo significativamente el precio medio de compra. En cambio, los ucranianos que permanecieron en el país optaron con mayor frecuencia por vinos importados baratos y bebidas alcohólicas fuertes.
"La gente está nerviosa y bebe alcohol con más frecuencia. Como resultado, el consumo excesivo de alcohol ha incluso superado los niveles de antes de la guerra", señaló Mazur.
Al mismo tiempo, crece el interés por la producción local. Cada vez más consumidores eligen bebidas artesanales ucranianas: cerveza, licores y vinos. Sin embargo, la situación con los vinos no es fácil: la demanda crece, pero las materias primas escasean.
Debido a la pérdida de viñedos en el sur del país, donde tradicionalmente se cultivaban uvas, la vinicultura ucraniana se encuentra en una situación difícil. Los intentos de trasladar la producción a otras regiones no han compensado el déficit. No solo los vinicultores, sino también los productores de brandy compiten por la cosecha.
"Vemos un aumento en la demanda de uvas. Pero quien elabora el mejor vino con ellas no siempre obtiene la mejor materia prima; a menudo, gana quien paga más", concluye el experto.