Dormir juntos se trata de intimidad, pero a veces también de insultos matutinos por una manta robada, las diferencias de temperatura o los movimientos nocturnos de la pareja. Para evitar estos pequeños pero agotadores conflictos, Escandinavia ha utilizado desde hace tiempo una solución sencilla y práctica: la pareja usa una cama, pero dos mantas. Este enfoque, llamado método de sueño escandinavo, es popular en Dinamarca, Suecia y Noruega, y desde hace tiempo ha pasado de ser una práctica doméstica a los estándares de los hoteles, donde a menudo se colocan dos mantas sobre una cama doble.
La cuestión es sencilla: cada uno tiene su propia manta y su propio clima de confort. A algunos les gusta el calor, a otros el frescor; algunos dan vueltas en la cama mientras duermen, otros se tapan con las mantas. Una manta aparte resuelve todos estos problemas sin necesidad de dormir en habitaciones separadas ni comprar dos camas separadas. Además, durante el día, por estética, la cama se puede cubrir con una sola manta, manteniendo así el espacio visualmente unificado.
¿Por qué funciona realmente? En primer lugar, hay menos despertares nocturnos, lo que interrumpe las fases del sueño, incluyendo la fase REM, importante para la recuperación y la estabilidad emocional. En segundo lugar, cada persona puede elegir su propia manta según el grosor y el relleno, y dormir a una temperatura agradable. En tercer lugar, dormir bien reduce la irritabilidad y hace que las parejas sean más tolerantes entre sí, lo que se traduce en menos peleas.
Consejos prácticos: Extiende la sábana como de costumbre, coloca dos mantas (por ejemplo, dos de una y media o dos mantas estándar), cada una sobre su propia mitad de la cama. Para mantener un aspecto uniforme en la habitación, cubre todo con una manta durante el día. Se recomienda elegir mantas del mismo color y textura para crear un ambiente armonioso.
Sin embargo, este método no es la panacea. Si uno de los miembros de la pareja ronca mucho, padece apnea obstructiva del sueño o síndrome de piernas inquietas, usar mantas separadas no solucionará el problema; en este caso, se requiere una consulta médica. Además, si la cama es demasiado estrecha (menos de 160 cm), usar dos mantas podría no ser suficiente. En estos casos, las alternativas son colchones separados en una cama compartida o medidas adicionales para eliminar las causas médicas del insomnio.
Las ventajas del enfoque escandinavo son obvias: asequibilidad, ahorro de espacio y mantenimiento de la intimidad, a la vez que mejora la calidad del sueño. Para muchas parejas, esta sencilla solución se ha convertido en una preocupación diaria para dormir bien y disfrutar de la paz en casa; a veces, un pequeño detalle que salva tanto el descanso como la relación.