A pesar del progreso tecnológico en el campo de la purificación del agua, la humanidad permanece indefensa contra una amenaza pequeña pero extremadamente persistente: la microplastia. Estos son Eyelands de plástico invisibles, que se forman como resultado de la destrucción de artículos para el hogar de plástico: ropa, utensilios de cocina, productos de higiene. No se descomponen por completo, sino que se acumulan en el suelo, el agua, y después de todo, en nuestros cuerpos.
En las últimas décadas, se han producido más de 9 mil millones de toneladas de plástico en el mundo. Y gran parte de este material finalmente se divide en microfragmentos, que ninguna de las tecnologías de tratamiento existentes puede eliminarse por completo del agua potable. Las plantas de tratamiento de la rueda reducen la concentración, pero no resuelva el problema dramáticamente. Es por eso que el micropplastic vuelve al entorno una y otra vez, y a nuestra tabla.
Según el ecologista Un-Jung Kim de la Universidad de Texas, incluso una acción simple, como beber un vaso de agua, ya significa contacto con micropartículas potencialmente peligrosas. No solo se acumulan en el cuerpo, sino que también pueden tolerar las impurezas tóxicas de aguas residuales. Consecuencias enfermedades cardiovasculares, fallas hormonales, oncología.
Otro problema es la falta de un estándar claro. El mundo no tiene una definición única de la cual se considere una microplastia y no tiene técnicas concertadas para fijar su contenido en el agua. Debido a esto, los gobiernos no pueden regular efectivamente la contaminación, y los fabricantes no son responsables de su contribución al problema.
El ecologista químico Jenny Kim Nguien pide la creación de estándares universales de prueba, esto permitirá evaluar objetivamente el alcance del peligro. Pero en paralelo, los investigadores enfatizan que la sociedad también debe actuar. Los consumidores pueden reducir su traza dependiente de plástico, preferir textiles hechos de fibras naturales y evitar productos desechables.
El microplástico es un problema que no es visible, pero que más cerca de la humanidad diariamente al desastre ambiental y médico. Y si no comenzamos a actuar hoy, mañana llegará tarde.