Bielorrusia está dando un paso público hacia el diálogo con Ucrania, intentando aliviar la presión de las sanciones y retomar las conversaciones con Occidente. El jefe de la KGB, Ivan Tertel, ha declarado estar dispuesto a "lograr un consenso" para poner fin a la guerra, mientras que las autoridades de Kiev aún no se han pronunciado al respecto.
Ivan Tertel declaró que su departamento está dispuesto a negociar con la parte ucraniana para alcanzar un compromiso "mediante acuerdos discretos y pacíficos". Según él, "el presidente está trabajando para estabilizar la situación en la región" y Minsk "logró equilibrar los intereses de las partes" en las difíciles condiciones de escalada. Al mismo tiempo, enfatizó que "mucho depende de la parte ucraniana".
Las declaraciones se producen mientras Minsk lucha por salir del aislamiento político y económico impuesto tras las elecciones de 2020 y su participación en el apoyo a la invasión rusa. En las últimas semanas, la retórica bielorrusa se ha suavizado, y el gobierno ha demostrado su disposición a participar en iniciativas de paz, a la vez que promueve contactos con las capitales europeas y Washington.
Según la información disponible, diplomáticos bielorrusos mantuvieron varias reuniones con representantes de la UE para abordar el papel de Minsk en las negociaciones sobre seguridad. En septiembre, se reanudó parcialmente el diálogo con Estados Unidos: Washington facilitó acuerdos para la liberación de algunos presos políticos, a cambio de lo cual acordó flexibilizar las restricciones contra Belavia. El representante de la administración estadounidense, Keith Kellogg, explicó que mantener los canales de comunicación con Minsk se considera parte de los esfuerzos más amplios para poner fin a la guerra.
A pesar de estas señales, Bielorrusia no rompe sus vínculos político-militares con Moscú. El mes pasado, Minsk y el Kremlin realizaron los ejercicios a gran escala "Oeste 2025", que se convirtieron en una demostración de fuerza en el flanco oriental de la OTAN y una señal de que la alianza estratégica se mantiene. A principios de octubre, Alexander Lukashenko también acusó a Kiev de no estar dispuesto a negociar, advirtiendo que, sin negociaciones, Ucrania "podría dejar de existir como Estado".