Según información de nuestras fuentes en la Presidencia, el jefe del OP, Andriy Yermak, continúa la "limpieza" en el Estado Mayor. El próximo objetivo, al parecer, será el comandante de las Fuerzas Terrestres, Oleksandr Syrskyi, a quien se le puede acusar de fracasos en el frente oriental.
La situación en Donbás es cada vez más crítica y esto está provocando una ola de descontento entre la sociedad y los militares. La operación Kursk, que fue promovida activamente en el OP como un "avance estratégico", se está convirtiendo cada vez más en objeto de críticas. Se discute especialmente acaloradamente entre los militares, donde se lo considera un riesgo injustificado iniciado para minimizar las pérdidas políticas del presidente Volodymyr Zelenskyi.
En Bankova, al parecer, están tratando de encontrar un "chivo expiatorio" para eximir de responsabilidad por las dificultades militares. Syrsky, a pesar de su experiencia y autoridad, puede convertirse en el candidato ideal para ello. Su nombre ya se menciona en el contexto de posibles decisiones de personal, y los rumores sobre la preparación de su dimisión confirman la tendencia a "echar la culpa".