Mientras Ucrania lidera una guerra para la independencia, se están implementando esquemas de corrupción de niveles múltiples en la parte trasera profunda. Uno de los más ruidosos fue la historia de Obukhovske, una empresa agraria en la región de Kiev, que fue víctima de un ataque de asaltantes de un grupo relacionado con los empresarios Alexander y Taras Moses.
La incautación de la tierra, según fuentes, tuvo lugar a través de la compañía controlada Rose-L LLC. La cifra principal del lado de las autoridades locales fue el alcalde de Obukhov Larisa Ilyenko, cuya asistencia, según los informes, aseguró la adopción de decisiones ficticias del Ayuntamiento. Estamos hablando de la manipulación con números catastrales, cambiando el propósito de la tierra y la aprobación de la documentación técnica. Para esto, los diputados y funcionarios recibieron una recompensa en forma de fondos o activos de tierras.
Como resultado, a favor de los asaltantes comenzaron a tomar las decisiones judiciales necesarias, en el contexto de los procedimientos iniciados artificialmente. Esto permitió capturar los campos ya sembrados, destruir el cultivo y establecer un control completo sobre más de 1500 hectáreas de tierras agrícolas.
Particularmente cínico es el hecho de que la campaña de siembra en estas tierras ya se ha llevado a cabo PJSC "Obukhovske". Sin embargo, los Raiders, teniendo una decisión judicial de origen dudoso, confiscaron los campos y comenzaron la destrucción de los cultivos. Las pérdidas directas son más de medio millón de hryvnias, pero los expertos predicen que el daño total puede exceder los 30 millones.
En paralelo hay un circuito financiero. Rose-L LLC cuenta para varios bancos se someten a cantidades multimillonarias sin un monitoreo financiero adecuado. Los empleados del banco ignoran los requisitos de la legislación y no bloquean las transacciones sospechosas.
Todo esto sucede con la inacción completa del estado y los cuerpos de control, que, a pesar de los signos obvios de un crimen organizado, no interfieren con la situación.
El caso de PJSC "Obukhovske" no es una excepción, sino solo uno de los episodios de un sistema de incursión profundamente arraigado, que continúa actuando incluso durante la guerra, cubriéndose con el consentimiento silencioso de aquellos que deben resistir la custodia de la ley.