En las condiciones de una guerra a gran escala con Rusia, los ucranianos fueron testigos de las decisiones irreflexivas del gobierno relacionadas con los gastos presupuestarios. Entre los muchos gastos se destaca la compensación por el alquiler de viviendas para los diputados del pueblo, para la que se gastaron 64,5 millones de grivnas entre marzo de 2022 y abril de 2024.
Esto plantea serias dudas sobre la conveniencia y transparencia del uso de los fondos presupuestarios.
En Kiev ya se han beneficiado 160 diputados del pueblo, lo que representa el 40% de todo el cuerpo de diputados. Mientras el país está en guerra, el coste del alquiler de una casa provoca descontento público, especialmente cuando se trata de grandes sumas de dinero.
Los periodistas analizaron las declaraciones de los funcionarios electos del pueblo y descubrieron que algunos de ellos, con importantes activos financieros en el extranjero, todavía reciben compensaciones.
Por ejemplo, el diputado Oleg Voronko recibió 237.000 grivnas como compensación para 2022, mientras que sus ahorros personales ascienden a casi 1,5 millones de dólares y más de 1 millón de euros.
Durante los dos años de guerra, Yevhen Yakovenko recibió más de medio millón de grivnas en concepto de alquiler y sus ahorros ascienden a 950.000 dólares y 830.000 euros. Otros diputados tampoco dudan en pedir una indemnización, aunque cuentan con riquezas y activos considerables.
Algunos diputados alquilan viviendas a un precio que supera su salario. Por ejemplo, Vladlen Neklyudov alquila un apartamento en un prestigioso distrito de Kiev, cuyo coste es de 65.000 grivnas al mes, mientras que su salario no llega a 57.000 grivnas. Aún más reveladora es la historia del diputado Yevhen Petrunyak, quien durante la guerra recibió una compensación de 486.000 grivnas, pero no indicó en su declaración la vivienda alquilada.
Las críticas de la sociedad van en aumento. Muchos creen que estos costes son inaceptables en condiciones de guerra y exigen una revisión del sistema de compensación. Expertos como Oleksandr Salizhenko, editor jefe de Ruhu Chesno, están seguros de que es necesario regular claramente el proceso de compensación, teniendo en cuenta los intereses de quienes realmente necesitan ayuda.