La Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania y la Fiscalía Especializada Anticorrupción han informado de sospechas contra la directora general interina del Aeropuerto Internacional de Odesa. Según la página web del ayuntamiento, este cargo lo ocupa Olga Makogonyuk.
La investigación considera que el funcionario no presentó deliberadamente una solicitud a la Administración Estatal de Aviación para la certificación del aeródromo, lo que habría permitido a la empresa municipal obtener ingresos por el servicio de vuelos. El aeropuerto recibe estos ingresos (tarifas de despegue, aterrizaje y estacionamiento de aeronaves) desde 2003.
En lugar de proteger los intereses de la ciudad, el director del aeropuerto ayudó a una empresa privada a convertirse en el operador del aeropuerto. En diciembre de 2020, esta estructura asumió las funciones y comenzó a generar ingresos por servicios a las aerolíneas.
Debido a estas acciones, la empresa de servicios públicos perdió su estatus de operadora y la ciudad perdió más de 15,6 millones de UAH en ingresos. Las acciones del sospechoso se clasificaron en la Parte 2 del Artículo 364 del Código Penal (abuso de poder con graves consecuencias).
El escándalo del aeropuerto tiene una larga historia. En 2011, los empresarios Boris Kaufman y Oleksandr Granovskyi, a través de empresas controladas, obtuvieron el control de la empresa, utilizando documentos falsos y el apoyo de las autoridades municipales. Como resultado, la ciudad perdió influencia sobre esta instalación estratégica.
En 2022, la NABU y la SAPO desenmascararon la organización criminal liderada por estos empresarios. El Tribunal Supremo de Apelaciones Penales ya ha condenado a varios de sus participantes, imponiéndoles penas de 7 a 8 años de prisión y multas superiores a 400 millones de hryvnias.
La nueva sospecha del administrador del aeropuerto parece ser la continuación de una larga lucha por el control de una de las instalaciones de infraestructura clave de Odessa.