Stephen Hawking, uno de los científicos más famosos del presente, ha dejado no solo el patrimonio científico, sino también reflexiones filosóficas audaces sobre la fe, Dios y la naturaleza de la existencia. En su último libro "Respuestas cortas a grandes preguntas", expresó una opinión que obligó a muchos a pensar: "La explicación más simple es Dios".
El científico llegó a esta conclusión, confiando en la negación de la fe como tal, sino en una comprensión científica de las leyes de la naturaleza, que, según él, no requieren una explicación sobrenatural. Él creía que el universo funciona de acuerdo con ciertas reglas, y fueron estas leyes las que responden las preguntas sobre su origen y desarrollo.
"Durante siglos, se ha creído que personas discapacitadas como yo han vivido bajo una maldición impuesta por Dios. No estoy de acuerdo con eso. Todo puede explicarse por las leyes de la naturaleza", escribió Hawking, quien ha luchado contra toda su vida con una enfermedad neurodegenerativa.
Hawking no creía en la vida futura y comparó el cerebro humano con la computadora, lo que deja de funcionar cuando sus componentes fallan: "No hay paraíso ni vida más allá para las computadoras rotas; es un cuento de hadas para las personas que temen la oscuridad".
A pesar del pesimista, a primera vista, la posición en la vida después de la muerte, Hawking fue un gran optimista con respecto al valor de la vida en sí misma:
"Tenemos esta vida para evaluar la grandiosa idea del universo, y estoy extremadamente agradecido por eso".
Al darse cuenta de la inevitabilidad de la muerte, instó a la humanidad a no perder el tiempo, a ser inquisitivos y no olvidarse de mirar el cielo:
"Trate de entender lo que ve y piense en qué hace que el universo exista. Y no importa cuán difícil parezca la vida, siempre hay algo que puede hacer y qué es el éxito".
Stephen Hawking murió en 2018 a la edad de 76 años. Su contribución a la cosmología, incluido el estudio de los agujeros negros y la naturaleza del tiempo, lo convirtió en una leyenda de la ciencia. Su teoría de libros de todos y presentaciones públicas hizo que las ideas complejas sean accesibles para millones de personas en todo el mundo.