La empresa estatal "Lvivvugilya" se ha visto nuevamente envuelta en un escándalo de corrupción. Tras el nombramiento de Pavlo Ovchinnikov como director general interino en enero de 2025, las fuerzas del orden abrieron una investigación preliminar por posible malversación de fondos en la compra de equipos de minería y la venta de productos de carbón.
Entre los sospechosos se encuentran el propio Ovchinnikov, el director general adjunto en funciones de Logística, Transporte, Licitaciones y Ventas, Serhiy Starodubtsev, el director de Economía y Finanzas, Oleksandr Abramov, y el director general adjunto de Asuntos Jurídicos, Oleksiy Zherebko.
Según la investigación, los directivos de la empresa obligaron a los mineros a firmar certificados falsos de aceptación y transferencia de equipos, así como documentos sobre trabajos de reparación supuestamente completados. En realidad, estos servicios no se prestaron, y los trabajos fueron realizados por empresas controladas por la propia Carbón de Lviv. Este esquema, según los investigadores, permitió la retirada de fondos estatales bajo la apariencia de acuerdos con los contratistas.
Según las fuentes, un papel especial en este plan lo desempeñó Andriy Lastovychenko, subdirector de la Dirección de Transporte, Licitaciones y Ventas, quien se puso en contacto con los proveedores para acordar el tamaño de los "sobornos".
Otro elemento de la estafa fue la sobreestimación del costo del transporte de los empleados. Esto fue realizado por el empresario individual Petro Tanchyn, quien, junto con otros empresarios relacionados, registró montos falsos por servicios en la contabilidad, recibiendo así fondos presupuestarios adicionales.
El jefe de la ONG "Control de Carreteras Oeste", Oleksandr Klimov, afirma que detrás de este plan podría estar el diputado del partido "Siervo del Pueblo", Yuriy Kamelchuk, a quien llama un posible beneficiario del retiro de dinero a través de documentos y contratistas ficticios.
La investigación está en curso y, si se demuestra la participación de funcionarios y políticos, resultará en pérdidas multimillonarias para la empresa estatal y posible responsabilidad penal para los organizadores.