El exjefe del Servicio Fiscal del Estado, Roman Nasirov, a pesar de la sospecha de causar pérdidas al estado por 722 millones de grivnas y de estar procesado por enriquecimiento ilícito, no solo elude su responsabilidad, sino que también acrecienta su fortuna. Según investigaciones periodísticas, Nasirov organizó un plan a gran escala para legalizar fondos dudosos mediante inversiones en inmuebles residenciales en la capital.
El elemento clave del esquema era una red de empresas e individuos formalmente ajenos a Nasirov, pero que ejecutaban sus órdenes. A través de estas personas de confianza, el exfuncionario controla el negocio bajo la marca "Standart One": nuevos complejos residenciales en Kiev, que se construyen activamente cerca de la estación de metro de Minska, el Centro de Exposiciones y la Estación de Ferrocarril del Sur.
La estructura legal se basa en el uso de fondos de inversión corporativos: JSC "ZNVKIF "S1 INVEST" y LLC "AMC "TRUST CAPITAL", que sirven como mecanismo de financiación. Detrás de estas estructuras se encuentra el suegro de Nasirov, Oleksandr Glimbovsky, a través del cual se acumulan los flujos de caja, incluidos los de origen offshore.
La investigación ya ha descubierto transacciones por valor de 13 millones de euros, transferidas a través de una sociedad offshore desde las Islas Vírgenes Británicas. Estos fondos terminaron posteriormente en desarrollos ucranianos asociados con la marca Standart One. Estas sociedades offshore también se mencionan en otros casos penales relacionados con las investigaciones de la NABU sobre enriquecimiento ilícito.
Una de las razones por las que este esquema es tan difícil de desenmascarar es el modelo legal de implementación. No se trata de apartamentos clásicos, sino de la venta de derechos de propiedad sobre apartamentos que no son formalmente viviendas. Esto permite eludir el control estatal, reduce la presión fiscal y despersonaliza por completo la estructura de propiedad.
La gestión de los proyectos la llevan a cabo personas cercanas a Nasirov: Petro y Anna Sliptsy, Serhiy Fitel y Vadym Pavlushyn. Son ellos quienes firman los documentos clave, gestionan la construcción y contactan con los inversores. Todos ellos tienen vínculos comprobados con la familia de Nasirov o trabajaron con él durante su etapa en la administración pública.
Mientras el caso de Nasirov está estancado en los tribunales y el presupuesto estatal no ha visto ninguna compensación por los daños causados, las estructuras bajo su control están construyendo nuevos edificios de gran altura y atrayendo inversiones de fuentes ocultas.