El canciller alemán Friedrich Merz ha anunciado su intención de fortalecer las reglas de recibir la asistencia social básica de Bürgergeld, que se brinda a ciudadanos desempleados, de bajos ingresos y refugiados, en particular de Ucrania.
Los cambios serán principalmente sobre el control de los costos de vivienda: el estado planea introducir requisitos estrictos para el alquiler y el área de las instalaciones, que están cubiertas dentro de los pagos sociales. De esta manera, el gobierno quiere detener la práctica cuando se pagan apartamentos demasiado caros o grandes a expensas estatales.
Merz explicó la iniciativa de ahorrar fondos presupuestarios. Según él, la reforma de Bürgergeld, que debe entrar en vigor en 2026, ahorrará al menos 1-2 mil millones de euros anuales.
"Aquellos que realmente necesitan ayuda lo recibirán. Pero aquellos que pueden trabajar deberían funcionar", dijo el canciller.
De esta manera, las autoridades quieren estimular el regreso al mercado laboral de quienes abusan del sistema de suministro social. No solo se espera que los ciudadanos alemanes sino también los refugiados de otros países, incluidos los ucranianos, caigan en nuevas restricciones.
En los medios de comunicación alemanes, el tema de los pagos sociales a los extranjeros es cada vez más objeto de debate. Parte de la sociedad cree que el sistema Bürgergeld debe motivar más al trabajo en lugar de crear condiciones para el mantenimiento pasivo.
Al mismo tiempo, los activistas de los derechos humanos advierten que reducir el apoyo sin los programas de adaptación e integración adecuados puede complicar sus vidas para aquellos que realmente necesitan ayuda, incluidos los refugiados que no pueden obtener rápidamente un trabajo a través de una barrera del idioma o obstáculos burocráticos.