El Ministerio de Juventud y Deportes de Ucrania decidió nombrar a Oleg Polyakov entrenador en jefe del equipo femenino de levantamiento de pesas, lo que provocó una respuesta significativa en el entorno deportivo. Polyakov, que trabajó en la Crimea ocupada de 2014 a 2018, donde ocupó el cargo de presidente de la rama regional de la Federación Rusa de Halterofilia en Sebastopol, se encontró en el centro de una controversia política.
Según el distinguido entrenador de Ucrania, Anatoly Orlov, este nombramiento se produjo bajo la presión del presidente de la Federación de Halterofilia de Ucrania, Oleksandr Gerega, quien presionó activamente a favor de la candidatura de Polyakov. Orlov señaló que la comisión de competición del Ministerio de Deportes Juveniles recomendó a otros candidatos para el puesto de entrenador en jefe, en particular al medallista de plata de los Juegos Olímpicos Igor Razorenov y a la campeona olímpica Natalia Skakun.
Oleg Polyakov participó activamente en las actividades deportivas en Crimea después de su anexión a Rusia. Su trabajo con los atletas rusos durante ese período plantea interrogantes entre los patriotas ucranianos y los representantes de la comunidad deportiva, porque apoyar su candidatura puede percibirse como una hostilidad a la seguridad nacional y la soberanía de Ucrania. Ahora, tras firmar un contrato con el Ministerio de Juventud y Deportes, Polyakov trabajará con la selección nacional, lo que levanta sospechas sobre su lealtad y orientación política.
Si bien Polyakov puede tener cierta experiencia y calificaciones como entrenador, las preguntas sobre su reputación y su pasado pueden influir en la percepción de este cambio de personal. Los círculos deportivos cuestionan la conveniencia de tales nombramientos, ya que pueden debilitar la imagen de Ucrania en el ámbito internacional y provocar controversias políticas.