A finales de abril, las tropas rusas lograron un avance hacia el noroeste de Avdiyivka, avanzando 3 kilómetros de profundidad hacia posiciones ucranianas hasta la aldea de Ocheretine. Este avance condujo a la formación de una cabeza de puente, que las tropas rusas a partir de ese momento ampliaron gradualmente, capturando las aldeas circundantes. El último de estos pueblos fue Novoselivka Persha.
La captura de este pueblo abre un espacio operativo para los ocupantes a varios kilómetros al oeste, donde se extienden los campos. Los analistas creen que las tropas ucranianas probablemente se retirarán más allá del río Vovcha para detener el avance de las tropas rusas. Hoy en día, las tropas rusas se encuentran a sólo 22 kilómetros al este de Pokrovsk, aunque a principios de año esta distancia era de 38 kilómetros.
Como señala el analista del Bild Julian Röpke, si las tropas rusas logran avanzar otros 13,5 kilómetros, llegarán a fortalezas gemelas, que son la puerta de entrada a la región de Dniéper. El avance de las posiciones de la 115.ª brigada mecanizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania cerca de Ocheretiny permitió a las tropas rusas avanzar rápidamente hacia el oeste. Los refuerzos de los ocupantes consolidaron estas ganancias territoriales, lo que permitió que continuara la ofensiva.
Como escribe Forbes, durante la última semana las fuerzas de ocupación pudieron avanzar 6,5 kilómetros al oeste de Ocheretino. El corresponsal militar Yuriy Butusov calificó la situación de "críticamente difícil". Señala que a pesar de la pérdida diaria de miles de soldados, Rusia continúa atacando gracias a la superioridad numérica en personas y equipo pesado.
Butusov también destaca que el mando ruso ataca a las brigadas que tienen la gestión y la organización más débiles, lo que aumenta las dificultades de las tropas ucranianas. El peor de los casos implica la posibilidad de que las tropas rusas lleguen a Mirnograd y Pokrovsk, lo que supondría una amenaza para la región de Dnipro.
El Centro Ucraniano para Estrategias de Defensa contabilizó 27 intentos de las tropas rusas para atravesar la inestable línea de defensa ucraniana al este de Pokrovsk, de los cuales 22 ataques fueron rechazados, pero cinco tuvieron éxito.
El observador militar y político Oleksandr Kovalenko destaca la importancia de controlar la aldea de Progreso, que cierra la orilla izquierda del río Vovcha y el embalse de Karliv, creando un amortiguador de seguridad para las tropas rusas. La captura de la cabeza de puente alrededor de Ocheretino fue posible gracias a obstáculos naturales que permitieron a los invasores concentrar sus fuerzas y medios para futuras acciones ofensivas.