En Ucrania, se ha acelerado significativamente la construcción de estructuras de defensa, cuyo objetivo es fortalecer la línea del frente en varias direcciones. Según la inteligencia militar británica, las nuevas fortificaciones incluyen dientes de dragón antitanques, trincheras de infantería, campos minados y posiciones defensivas fortificadas.
La ampliación de las líneas defensivas, según la inteligencia británica, tiene como objetivo reducir la capacidad del ejército de ocupación ruso para llevar a cabo una ofensiva. También haría difícil que el enemigo explotara los avances tácticos dentro de su operación ofensiva sostenida.
Los análisis de la inteligencia británica señalan la naturaleza agotadora de la guerra ruso-ucraniana. El fortalecimiento de las fortificaciones indica que cualquier intento de los invasores rusos de atravesar la línea del frente irá acompañado de pérdidas importantes.