La corrupción en Ucrania sigue siendo uno de los principales problemas en la vida diaria de los ciudadanos. Según un nuevo estudio del Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS), los sobornos en instituciones de educación secundaria han encontrado el 29% de los ucranianos durante el último año. Este es el indicador más alto entre todas las áreas estudiadas.
El liderazgo del soborno doméstico salió del sistema de educación escolar. Los maestros y la administración de escuelas continúan exigiendo o insinuando la "gratitud", en forma de transferencias de dinero, regalos, servicios o protección. Tal práctica, que se ha considerado una "tradición" durante décadas, es cada vez más percibida por la sociedad como una violación franca de la ley.
En segundo lugar está la medicina. El 26% de los encuestados admitió que tenían que pagar a los médicos u otras instalaciones médicas por los servicios que iban a ser gratuitos. Estos incluyen hospitales, clínicas, ambulancias e incluso farmacias.
En tercer lugar está la Policía Nacional. El 25% de los encuestados declararon sobornos, que fueron exigidos por los agentes de policía, a la mayoría de las veces al detener el servicio de patrulla o en el curso de las acciones de investigación.
La esfera de la privatización de la tierra también demostró un fuerte crecimiento: si en 2023 el 14% de los ucranianos se quejaban de la exigente de sobornos, entonces en 2024, ya el 25%. El servicio fiscal también empeoró sus indicadores: del 6% al 13%.
A pesar de la guerra a gran escala, la corrupción del hogar no desapareció, por el contrario, su nivel registró un crecimiento notable. Los Kiis Sociólogos realizaron una encuesta que cubrió a más de 10,000 ciudadanos, incluidas las personas desplazadas internos (desplazadas internos) y aquellos que están temporalmente en el extranjero.
El estudio se realizó desde 2007, y los resultados de los últimos años indican claramente la inhibición de las reformas en los sectores clave. Particularmente alarmante es el crecimiento de la desconfianza de las instituciones estatales en el contexto de una guerra continua, cuando la sociedad espera justicia y apoyo.