Un nuevo estudio realizado por científicos españoles ha desmentido la creencia popular de que el pollo es más sano y seguro que la carne de res. Se ha descubierto que la carne de res magra puede ser menos dañina para el intestino y, además, tener un efecto positivo en la composición de bacterias beneficiosas del microbioma.
Científicos estudiaron los efectos de la carne de res y pollo de los Pirineos en 16 jóvenes sanos de entre 18 y 22 años. Durante ocho semanas, los participantes siguieron dos dietas diferentes: un grupo consumía carne de res tres veces por semana y el otro, pollo. La carne se preparaba de forma tradicional: frita, guisada y horneada, manteniendo el mismo valor nutricional.
Los resultados mostraron que la dieta a base de pollo redujo la diversidad de bacterias beneficiosas y aumentó la cantidad de microorganismos dañinos en el intestino. Además, el pollo afectó negativamente la absorción de glucosa y redujo la producción de aminoácidos. Por el contrario, la carne de res promovió el crecimiento de bacterias del género Blautia, que protegen la mucosa intestinal.
Sin embargo, otros estudios, incluidos los realizados por científicos italianos, indican que consumir más de 300 gramos de pollo a la semana puede aumentar el riesgo de muerte por varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de estómago. Las razones de este efecto aún no se han determinado con precisión, pero podrían estar relacionadas con los métodos de cocción o la calidad del alimento para aves.
Según Cancer Research UK, alrededor del 21% de los casos de cáncer de intestino están relacionados con el consumo de carne roja o procesada debido a la formación de compuestos químicos nocivos durante el procesamiento o la cocción.
El Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido destaca que la carne es una fuente importante de proteínas, vitamina B12 y otros nutrientes necesarios para el desarrollo muscular y el sistema nervioso. Asimismo, recomienda limitar el consumo de carne roja a 70 gramos al día para minimizar los riesgos para la salud y preservar los beneficios del producto.
Por lo tanto, consumir carne de res magra con moderación puede ser más beneficioso que comer pollo para mantener la salud intestinal y el bienestar general.