Mientras que la administración Donald Trump retrocede en su apoyo a Ucrania, Rusia ha aprovechado la oportunidad y aumentando la presión militar en todo el frente. Al respecto, escribe el Wall Street Journal, citando fuentes en la inteligencia estadounidense y los centros analíticos.
Según los periodistas, en una reciente conversación telefónica con Trump Vladimir Putin dejó en claro que no iba a cambiar sus objetivos en la guerra contra Ucrania. El Kremlin, como al comienzo de la invasión, trata de recuperar el control de Ucrania y obligar al evento a detener el apoyo de Kiev.
La última decisión de los Estados Unidos sobre la suspensión de los suministros de armas solo intensificó esta dinámica. WSJ señala que esto puede darle a Putin un impulso significativo para una acción adicional en el campo de batalla.
Los analistas advierten que ahora la Federación de Rusia no está apostando por los logros territoriales rápidos, sino en el agotamiento del ejército ucraniano, la destrucción de la infraestructura y el agotamiento moral de la población.
El material enfatiza que el verano de 2025 se convertirá en uno de los más difíciles para Ucrania: Rusia activará ataques aéreos en Kiev y otras ciudades, tratando de desestabilizar la parte trasera, siembra en pánico y hará que Occidente dude la viabilidad de un mayor apoyo.
Las tácticas de Putin están dirigidas a una guerra duradera para el agotamiento, en la que, según los cálculos del Kremlin, Ucrania y sus aliados eventualmente se cansarán y cederán. El impulso, que fue dado por la pausa en el apoyo de los Estados Unidos, puede ser crucial para los cambios en el frente se advierte en WSJ.
Al mismo tiempo, los esfuerzos de Trump con respecto a las "conversaciones de paz" han llegado a un callejón sin salida: Putin no los considera seriamente y continúa la presión. Según el periódico, ninguno de los propósitos clave del Kremlin ha cambiado: la presión solo aumenta.